La conspiración de los animales
Hoy os voy a hablar de una confabulación en toda regla, una trama que podría estar por encima de cualquier novela de Dan Brown, se trata de... La conspiración de los animales.
Había un tiempo que yo era yo, bueno, yo y Travolta, no, el actor no el gato, ¿qué gato? Pues mi gato, es que yo tengo un gato, ¿no lo había dicho? Vaya, lo siento, a uno es que se le escapan los detalles más importantes, pero vaya, a lo que íbamos, antes yo vivía muy a gusto con mi gato (y mi gato conmigo), es decir, yo a mi rollo, él al suyo... Eso si, ambos siempre a escasos metros de distancia pero sin tocar y es que mi gato fue aquel que inventó la frase "juntos pero no revueltos", no sé si será de importancia para la historia que os voy a contar pero mi gato pesa alrededor de los 8 kilos, vaya, que más que gato es casi tigre. Llegados a este punto tal vez alguien se pregunte muchas cosas, yo os responderé a la más básica. Mi gato se llama Travolta porque es muy chulo, bueno, por eso y porque hace unos 8 o 9 años, cuando Johnny (como le llamamos los amigos) llegó a casa de brazos de mi madre, yo era uno de los millones de aficionados al cine a los cuales les gustó, mejor dicho, encantó Pulp Fiction.
Así era antes, mi gato y yo, pero esta historia no se ha acabado, ahora es cuando introducimos a otro personaje, no, no es un animal pero vaya, que es monísima, jeje. Se trata de mi novia (valenciana ella), un encanto de persona, maravillosa, fantástica, perfecta, en fin, todo aquello que desee leer y más (uno tiene que ganarse el pan de cada día), pero mi novia llevaba intrínseca otra fémina, no, no era su hermana (viciosill@s), era su perra Marni, el cuarto personaje en discordia, la que por cierto, he de indicar su edad, ya que tiene su importancia en el contexto de la historia, Marni tiene 12 años. En un principio comenzamos a vivir Travolta, mi novia y Dammy (usease yo mismamente) en mi casa, los tres juntos pero no revueltos, bueno, alguna vez que otra si que estábamos revueltos (excepto el gato que miraba), pero Marni estaba sola en Valencia con su "abuela" (es decir, mi suegra) y tras unas negociaciones la perra de mi novia (es decir, Marni), terminó viniendo a casa.
Y aquí es cuando empieza la conspiración. A ver, estamos hablando de dos animales, UN gato y UNA perra, adultos (tirando a viejetes) y un piso de apenas 90m2. Como es normal tanto yo como mi novia trabajamos, es entonces cuando dejamos a los animales en casa, generalmente separados (Marni sector Norte, Travolta sector Sur), en ese tiempo los animales no acostumbran a realizar el menor ruido, duermen, vagabundean por la casa, comen, el gato mea y caga, en definitiva, lo que haríamos todos si fuéramos animales y nos dejaran solos en casa, ahí cada uno va a su apaño, no hay jaleos, no hay ladridos, nada, solo tranquilidad, pero la cosa cambia cuando llegamos, la perra ladra al gato, el gato (sin uñas delanteras) se sube a la cama y comienza a dar hostias contra la cama que ni el mismísimo Mike Tyson mientras la perra lo mira con cara de extrañeza, un maullido cuando parece que estás alcanzando el clímax del sueño y el consecuente ladrido que te pone de mala leche, y así toda clase de tocapelotamientos durante el tiempo que estamos en casa.
Y es que yo creo que durante el tiempo que nosotros estamos fuera, yo tengo la teoría de que tanto Marni como Travolta se comunican, de hecho estoy por dejar una grabadora para ver que se dicen, yo creo que sería algo así como:
Marni: Vaya nochecita que les dimos anoche, ¡eh, Johnny!
Travolta: Y que lo digas, además yo ahí encima de la cama quitándoles las sabanas...
Marni: Sí, sí, pero lo mejor fue cuando estaban a punto de dormirse que maullaste.
Travolta: Ja, ja, ja, bueno, lo mejor fue cuando tu te pusiste a ladrar y...
Marni: ... si, tu saltaste corriendo de la cama y yo te perseguía corriendo por toda la casa.
Travolta: Ja, ja, ja, sí, la verdad es que lo pasamos bien anoche... ¡Y esta noche más!
Marni: ¡Ou, yeah!
En definitiva, que si alguien quiere un gato de 9 años ya sabe donde localizarme...
Había un tiempo que yo era yo, bueno, yo y Travolta, no, el actor no el gato, ¿qué gato? Pues mi gato, es que yo tengo un gato, ¿no lo había dicho? Vaya, lo siento, a uno es que se le escapan los detalles más importantes, pero vaya, a lo que íbamos, antes yo vivía muy a gusto con mi gato (y mi gato conmigo), es decir, yo a mi rollo, él al suyo... Eso si, ambos siempre a escasos metros de distancia pero sin tocar y es que mi gato fue aquel que inventó la frase "juntos pero no revueltos", no sé si será de importancia para la historia que os voy a contar pero mi gato pesa alrededor de los 8 kilos, vaya, que más que gato es casi tigre. Llegados a este punto tal vez alguien se pregunte muchas cosas, yo os responderé a la más básica. Mi gato se llama Travolta porque es muy chulo, bueno, por eso y porque hace unos 8 o 9 años, cuando Johnny (como le llamamos los amigos) llegó a casa de brazos de mi madre, yo era uno de los millones de aficionados al cine a los cuales les gustó, mejor dicho, encantó Pulp Fiction.
Así era antes, mi gato y yo, pero esta historia no se ha acabado, ahora es cuando introducimos a otro personaje, no, no es un animal pero vaya, que es monísima, jeje. Se trata de mi novia (valenciana ella), un encanto de persona, maravillosa, fantástica, perfecta, en fin, todo aquello que desee leer y más (uno tiene que ganarse el pan de cada día), pero mi novia llevaba intrínseca otra fémina, no, no era su hermana (viciosill@s), era su perra Marni, el cuarto personaje en discordia, la que por cierto, he de indicar su edad, ya que tiene su importancia en el contexto de la historia, Marni tiene 12 años. En un principio comenzamos a vivir Travolta, mi novia y Dammy (usease yo mismamente) en mi casa, los tres juntos pero no revueltos, bueno, alguna vez que otra si que estábamos revueltos (excepto el gato que miraba), pero Marni estaba sola en Valencia con su "abuela" (es decir, mi suegra) y tras unas negociaciones la perra de mi novia (es decir, Marni), terminó viniendo a casa.
Y aquí es cuando empieza la conspiración. A ver, estamos hablando de dos animales, UN gato y UNA perra, adultos (tirando a viejetes) y un piso de apenas 90m2. Como es normal tanto yo como mi novia trabajamos, es entonces cuando dejamos a los animales en casa, generalmente separados (Marni sector Norte, Travolta sector Sur), en ese tiempo los animales no acostumbran a realizar el menor ruido, duermen, vagabundean por la casa, comen, el gato mea y caga, en definitiva, lo que haríamos todos si fuéramos animales y nos dejaran solos en casa, ahí cada uno va a su apaño, no hay jaleos, no hay ladridos, nada, solo tranquilidad, pero la cosa cambia cuando llegamos, la perra ladra al gato, el gato (sin uñas delanteras) se sube a la cama y comienza a dar hostias contra la cama que ni el mismísimo Mike Tyson mientras la perra lo mira con cara de extrañeza, un maullido cuando parece que estás alcanzando el clímax del sueño y el consecuente ladrido que te pone de mala leche, y así toda clase de tocapelotamientos durante el tiempo que estamos en casa.
Y es que yo creo que durante el tiempo que nosotros estamos fuera, yo tengo la teoría de que tanto Marni como Travolta se comunican, de hecho estoy por dejar una grabadora para ver que se dicen, yo creo que sería algo así como:
Marni: Vaya nochecita que les dimos anoche, ¡eh, Johnny!
Travolta: Y que lo digas, además yo ahí encima de la cama quitándoles las sabanas...
Marni: Sí, sí, pero lo mejor fue cuando estaban a punto de dormirse que maullaste.
Travolta: Ja, ja, ja, bueno, lo mejor fue cuando tu te pusiste a ladrar y...
Marni: ... si, tu saltaste corriendo de la cama y yo te perseguía corriendo por toda la casa.
Travolta: Ja, ja, ja, sí, la verdad es que lo pasamos bien anoche... ¡Y esta noche más!
Marni: ¡Ou, yeah!
En definitiva, que si alguien quiere un gato de 9 años ya sabe donde localizarme...
1 Dejaron su granito de arena...
Después de haber leído el problema en tu blog (que por cierto, me gusta mucho....tendrás que darme algunos trucos...jeje) he llegado a la conclusión que a esta sociedad le hace falta una revista como la de “Ser Padres Hoy” pero en lugar de hablar sobre bebés......podrían hablar de animales (aunque la verdad...según el caso, no hay mucha diferencia jajaja esto se llama luchar contra el instinto maternal que me está aflorando demasiado últimamente). Yo creo que podría ser efectivo... que te aconsejen como convivir con mascotas. Porque yo comparo vuestro caso como los padres que tienen un hijo de unos 3 añitos de edad y han decidido tener otro... cuando el nuevo bebé llega a casa, el hermanito mayor se siente amenzado, ha pasado de ser el rey de la casa, a vivir como Dios...a tenerlo que compartir todo... papás, juguetes, mimos..... en este caso... Travolta se ve amenazado por Marni, y que para colmo de todos sus males...es una chica, mayor que él y de otra raza...y así están... se llevan como el perro y el gato jejeje. Pero claro, Marni, es mujer... es decir que no es tonta y no se va a dejar intimidar por un lindo gatito, y con razón! Ella ha invadido su espacio vital, donde convivía contigo y para colmo te tiene que compartir con Carla......son demasiadas emociones de golpe para Travolta... ese pedazo de gato jajaja! Travolta necesita un terapeuta....un Jorge Bucay gatuno, felino, animal.....como quieras llamarlo...... Aunque también puede ser que tanto Travolta como Marni estén compinchados... vamos, que reconozcan que esto no es culpa ni del uno ni del otro, ellos son unos “mandaos”....... así que os intentan hacer la vida un poco más chunga jejejeje...al menos las noches...que eso fastidia aun más.... es decir, que practican el conocido “ahora os vais a enterar vosotros!”.Y hasta aqui mi sesión psicológica de hoy jejejeje
Besitos!!
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