La final de Saint-Denis

Tengo un problema con la edición de los post (bueno, o tengo un problema o la empresa ha hecho algo informáticamente hablando al respecto), y es que no puedo poner fotos ni maquetarlo como me gusta hacerlo, en cualquier caso lo dejo posteado para su lectura y ya esta tarde (antes de las 21h.) lo editaré metiendo las fotos y demás enlaces que considere interesantes, pero prefiero postear ya el texto...


Como ya muchos/as sabéis el Barça se clasificó ayer para la final de Saint-Denis en París, el próximo 17 de Mayo, después de eliminar a un imponente aunque más que maduro Milán. En el post de hoy y según dejé comentado en un granito de arena de hace ya algún tiempo, si el Barça se clasificaba para la final en el día de hoy iba a dedicar un post al Barça y para no faltar a la verdad, iba a hablar de estos 12 años sin plantarse en una final europea después de aquel fatídico 4-0 en Atenas, pero no, no voy a escribir de eso, de eso ya se están encargando el Sport y el Mundo Deportivo, entre otra prensa escrita y no escrita, yo quiero hablar de Saint-Denis...

¿Y porqué Saint-Denis? Pues muy sencillo, el 24 de Mayo de 2000 estaba yo, como buen aficionado al fútbol, en un Pub muy conocido en mi pueblo viendo la final de la Champions que ese año enfrentaba en ese estadio situado en Francia a dos equipos españoles, el Real Madrid y un Valencia que había estado arrollando en la máxima competición continental esa temporada hasta llegar a la final, en la que fue el equipo "ché" el que terminó siendo arrollado por 3-0 ante un Madrid mucho más experimentado en este tipo de partidos. A ver, el partido lo fui a ver entre otras personas, junto a dos de mis mejores amigos Sergio y José, dos madridistas de los buenos (o debería decir, de los malos), yo no sé decir si mi posición era la de neutral pero creía en las posibilidades de ese Valencia de Cuper, y es que hasta la fecha lo habían hecho realmente bien, llegando a apear al Barça de Reixach en las semifinales (5-3, resultado tras ida-vuelta), pero por otro lado y siguiendo con este arranque de sinceridad, en cierta forma prefería que el Madrid ganara la octava (al fin y al cabo apenas 3 años antes habían ganado la famosa séptima ya en color) que el Valencia fuera un equipo con las mismas Copas de Europa que el Barcelona, es decir, una (hasta la fecha), así que bien, aunque yo no soy de los que se alegran de las victorias del Madrid, de hecho prefiero que siempre pierda (al fin y al cabo son el equipo rival) esa victoria del Madrid de Anelka en la Champions tampoco la lloré demasiado por lo que he comentado. Ahora bien, una cosa es no llorarla y otra cosa es que mis amigos, tanto Sergio como José consiguieran que me fuera a la zona donde estaban todos los madridistas celebrándolo, todos con camisetas del Madrid, que si ¡hala Madrid!, que si pitidos con los coches que se me clavaban en el alma (y os aseguro que no escuché pocos). En fin, que fui todo un masoquista presentándome yo, culé hasta la médula, en una tan exultante celebración blanca cuando el Barça de Nuñez daba los últimos coletazos. Supongo que el ir yo a esa celebración del madridismo tendría algo que ver con que yo soy amigo de mis amigos para lo bueno y para lo malo, y para lo muy malo después de aquel día, ya veremos si lo vuelvo a ser...

En cualquier caso, ahora, pasados 6 años desde aquel acontecimiento, si el Barça finalmente consiguiera alzarse con su segunda Copa de Europa (o Champions League), me gustaría ver si tanto José como Sergio me llaman si quiera, para felicitarme. Yo, personalmente, lo dudo...

¡Ah! Y aprovechando que el Madrid jugó la final en Saint-Denis, he visitado el Marca y allí hay la más completa información del Estadio (como también la hay de los dos equipos, del partido, de la celebración de la octava, pero esto ya solo lo dejo para madridistas, nostálgicos y masocas como yo).