Primer Amor
Existe un momento en la vida de las personas en las que el amor se convierte en algo más o menos racional, pero no voy a hablar de eso.
Pese a que antes ya habían chicas que me gustaron no me enamoré por primera vez hasta los 17 o 18 años. La conocí de una extraña forma, leí la sección de contactos de la revista Acción y encontré un mensaje de una chica de un pueblo de Granada que buscaba iniciar una amistad, por aquel entonces yo ya me escribía con 8 o 9 personas así que por una más tampoco iba a pasar nada.
Ella se llamaba (y así se sigue llamando), María José, un nombre y un recuerdo que me ha perseguido a lo largo del tiempo. Al principio era una persona más de las tantas con las que me escribía, incluso un tanto más sensible de lo que yo esperaba encontrar, pero la verdad es que no tardamos en conectar, ambos éramos bastante inseguros, en ciertos aspectos maduros para nuestra edad (en otros no tanto, evidentemente) y necesitábamos y yo creo que buscábamos, cierto cariño. El caso es que las eternas cartas se empezaron a complementar con eternas llamadas telefónicas, cada día esa sensiblería que creía leer en las primeras cartas se empezó a transformar en algo más profundo para mi, ya no era sensiblería, era sensibilidad y me gustaba.
Fue un año intenso de cartas y llamadas telefónicas hasta que me decidí a coger el autobús desde mi pueblo a Baza, su pueblo, por cierto, las comunicaciones son horribles entre estos pueblos y tardé cerca de cuatro horas y pico en realizar el viaje, pero sinceramente, eso no me importó ni lo más mínimo, eso si, estaba nervioso, apenas había visto tres o cuatro fotos, muy poquitas, pero ahí ya sentía algo importante por ella. Y llegué, ahí estaba ella, mirando hacia el autobús con su cara sonriente y aunque el corazón en ese momento se me quería salir, fisicamente no sabría decir si me gustó, pero creo que no... Bueno, cinco minutos después, tal vez cuatro, ya estaba rendido a sus pies, ya no me importaba su físico, de hecho me parecía la cara más bonita del mundo en el cuerpo de un ángel, ya sabéis, cosas del amor...
Esos días en Baza fueron extraordinarios, sobre todo por las miradas, por las palabras, porque le mostró a mis ojos por primera vez Granada (mantengo una teoría, y es que en realidad me enamoré de Granada y no de ella, jejeje, quien sabe). Era todo encantador, muy inocente, al fin y al cabo éramos un par de chicos de 17 o 18 añitos bastante inocentes además, recuerdo como íbamos a muchos sitios cogidos de la mano, como si fueramos una parejita de novios, cuando en realidad sólo eramos amigos y es que cuando me fui a declarar, cuando le fui a decir que estaba loco por ella, cuando le dije que mi corazón latía diferente cuando pensaba en ella, cuando le quise decir que su amor casi me dolía... Ella no me dijo nada. Me dejó una carta llena de ideas nada claras, llenas de ideas relacionadas con el miedo de poder sentir algo, en definitiva, una carta que me venía a decir que no a mi amor. Por el motivo que fuera, no.
Después estuve no pocos años detrás de ella, y es que dicen que la distancia ayuda, pero cuando esta es forzosa... cuando te ofreces a hablar y no te hablan, cuando buscas que te cojan una llamada y no te la cogen, cuando te sientes ignorado por la persona que quieres, puedes hacer dos cosas, o rendirte o luchar con más fuerzas todavía, y luché, luché con todas mis fuerzas, estrujé tanto mi corazón que cuando al final no le quedaba una gota de amor... Renació en un corazón maduro, en el corazón que es hoy en día, y que sabe querer, sabe amar y sobre todo, se sabe amado.
Pese a que antes ya habían chicas que me gustaron no me enamoré por primera vez hasta los 17 o 18 años. La conocí de una extraña forma, leí la sección de contactos de la revista Acción y encontré un mensaje de una chica de un pueblo de Granada que buscaba iniciar una amistad, por aquel entonces yo ya me escribía con 8 o 9 personas así que por una más tampoco iba a pasar nada.
Ella se llamaba (y así se sigue llamando), María José, un nombre y un recuerdo que me ha perseguido a lo largo del tiempo. Al principio era una persona más de las tantas con las que me escribía, incluso un tanto más sensible de lo que yo esperaba encontrar, pero la verdad es que no tardamos en conectar, ambos éramos bastante inseguros, en ciertos aspectos maduros para nuestra edad (en otros no tanto, evidentemente) y necesitábamos y yo creo que buscábamos, cierto cariño. El caso es que las eternas cartas se empezaron a complementar con eternas llamadas telefónicas, cada día esa sensiblería que creía leer en las primeras cartas se empezó a transformar en algo más profundo para mi, ya no era sensiblería, era sensibilidad y me gustaba.
Fue un año intenso de cartas y llamadas telefónicas hasta que me decidí a coger el autobús desde mi pueblo a Baza, su pueblo, por cierto, las comunicaciones son horribles entre estos pueblos y tardé cerca de cuatro horas y pico en realizar el viaje, pero sinceramente, eso no me importó ni lo más mínimo, eso si, estaba nervioso, apenas había visto tres o cuatro fotos, muy poquitas, pero ahí ya sentía algo importante por ella. Y llegué, ahí estaba ella, mirando hacia el autobús con su cara sonriente y aunque el corazón en ese momento se me quería salir, fisicamente no sabría decir si me gustó, pero creo que no... Bueno, cinco minutos después, tal vez cuatro, ya estaba rendido a sus pies, ya no me importaba su físico, de hecho me parecía la cara más bonita del mundo en el cuerpo de un ángel, ya sabéis, cosas del amor...
Esos días en Baza fueron extraordinarios, sobre todo por las miradas, por las palabras, porque le mostró a mis ojos por primera vez Granada (mantengo una teoría, y es que en realidad me enamoré de Granada y no de ella, jejeje, quien sabe). Era todo encantador, muy inocente, al fin y al cabo éramos un par de chicos de 17 o 18 añitos bastante inocentes además, recuerdo como íbamos a muchos sitios cogidos de la mano, como si fueramos una parejita de novios, cuando en realidad sólo eramos amigos y es que cuando me fui a declarar, cuando le fui a decir que estaba loco por ella, cuando le dije que mi corazón latía diferente cuando pensaba en ella, cuando le quise decir que su amor casi me dolía... Ella no me dijo nada. Me dejó una carta llena de ideas nada claras, llenas de ideas relacionadas con el miedo de poder sentir algo, en definitiva, una carta que me venía a decir que no a mi amor. Por el motivo que fuera, no.
Después estuve no pocos años detrás de ella, y es que dicen que la distancia ayuda, pero cuando esta es forzosa... cuando te ofreces a hablar y no te hablan, cuando buscas que te cojan una llamada y no te la cogen, cuando te sientes ignorado por la persona que quieres, puedes hacer dos cosas, o rendirte o luchar con más fuerzas todavía, y luché, luché con todas mis fuerzas, estrujé tanto mi corazón que cuando al final no le quedaba una gota de amor... Renació en un corazón maduro, en el corazón que es hoy en día, y que sabe querer, sabe amar y sobre todo, se sabe amado.
Para que luego digan que el amor es cosa de niños...
21 Dejaron su granito de arena...
qué hay de tu primera vez en otros aspectos? jijiji :P no puedo evitarlo... soy mala
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Un desastre jamia, un desastre, que te voy a contar... :-P
Jajajaj yo estoy d acuerdo con laura...queremos saber!!
En fin q esas cosas pasan, q ademas es muy duro cuando un amigo te quiere y no puedes corresponderle, te sientes culpable, odias hacerle daño y egoistamente te distancias si el no lo hace 1º
Creo q es la manera mas comun d perder amigos
Muakssssssss
y el mismo corazón que tb olvida no??
¿Laura, que laura?
Se perdona, pero no se olvida, jajaja. Es broma Anire, digamos que de todo se aprende, pero no necesariamente se tiene que olvidar, simplemente se recuerda como una experiencia más, supongo que un poco más especial que otras, pero bueno, si lo hubiera olvidado no estaría ahora escribiendo de ello, eso sí, mi presente es muy diferente a mi pasado. ;-)
Yo hubiera hecho lo mismo que vos, de hecho lo estoy haciendo, cansada de luchar, me he rendido(no sin una pizquita de esperanza), ahora me queda esperar que mi corazón madure.
Gracias por compartir tu anecdota. Saludos.
Va a ser verdad eso de que eras muy maduro para tu edad (al menos en esos aspectos). Yo a los 17-18 era un cafre total, y nunca habría podido vivir algo así. Aunque bien pensado, creo que cafre sigo siendo, glup...
Preciosa historia, y lo bonitos que son esos amores, inocentes e ignorantes.... Luego maduramos y todo es demasiado real para vivirlo tan intensamente como antes.
Un beso y encantada de leerte
Uiss que historia mas bonita, de amores pasado, me ha gustado.
yo también tuve un época en la que me escribía con mucha gente, me he llevado muchas amigas y también conocí a mi actual pareja, después de mucho tiempo escribiéndonos, dimos el paso...y...mira tu por donde, jajaja.
Uffff es cierto, el amor no correspondido es el más chungo :S pero te ayuda a madurar.
La historia me suena, en otro lugar, otra gente, pero mismo final.
Mira que es cotilla la peña, cuentas algo y en seguida quieren saber más, además ha quedado claro que de folleteo nothing de nothing.
Dammy me alegra q cuentes cosas tuyas, asi la gente puede acercarse a ese chico que conoci no hace mucho.
Ahora entiendo lo de Granada :)
Muack, gran persona
http://www.my-smileys.de/smileys2/4_9_7%5B1%5D.gif
Que bonito lo has relatado... les imaginé ahi caminando, sonriendo y al final a Dammy con el corazón triste :((
Lo que hace el aprendizaje no?
vaya melancolico el asunto, oye de verdad gracias por lo de la imagen yo lo se a mi me gusta por soy yo ya a la vez no, o como? o que? jajaja te esperare mas seguido yo por aca igual, incluso si quieres nos podemos linkear, ahi en el blogroll, salu2
Si es que las mujeres bastetanas tienen un no se que, que que se yo, tienen un algo que nos hacen caer en sus redes. Saludos
Yo tb tuve mi época en la q me escribía con varia gente de toda españa... Lo q pasa q con el tiempo se fue perdiendo el contacto, y nunca llegué a conocer a nadie de la gente con la q me escribía, a excepción de una amiga francesa, q yo fui a su casa, y luego ella vino a la mía, de intercambio.
Q bonito el primer amor, aunque no sea correspondido!! Siempre se recuerda con cariño!
Besotes
Cada amor deja una huella imborrable, eso sin ninguna duda...
Al final aprendes a ver las cicatrices y no recordar el dolor que causaron al sufrirlas sinó los buenos momentos pasados, pero no dejan de ser marcas sin embargo. Es lo que nos hace crecer.
Un abrazote!
Pues no es precisamente una historia de amor. Esos comentarios de amar la villa y no a la chica, por ejemplo, le quitan romanticismo a la historia; aún así acuerdo con Dammy que el amor puede llegar a ser tan intenso que llega a lastimar y doler, sobre todo si no te corresponden, eso es mortal... =(
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