Buscando un título 2
Tal y como he comentado antes, ahí va otra historia corta, también sin título para que seais vosotros, si queréis, los que se lo pongáis.
Alberto era un chico tímido, extremadamente tímido diría yo, por aquel entonces rondaba los 15 años, época de ilusión adolescente, de miedos y de cierta felicidad. Era verano y como cada día de ese caluroso estío, de lunes a jueves iba a sus clases de mecanografía con un fin claro más allá de aprender a escribir a máquina, quería ver a Almudena, una chica que acostumbraba a sentarse unas dos o tres máquinas a la derecha de él. Era preciosa, con su pelo liso a la altura de los hombros, sus ojos ligeramente rasgados, sus labios grandes y joviales, aunque supongo que lo mejor que tenía esta chica, su chica, eran los ojos de Alberto, y es que él la veía como una Diosa, alguien seguramente inalcanzable pero a la vez tan apetecible...
El tiempo pasaba y él pese a que se encontraba, por casualidad unas veces y otras no tanto a Almudena, no se atrevía a dirigirle la palabra más que para, en ocasiones contadas brindarle su saludo. Alberto le expresaba a sus amigos más cercanos sus sentimientos por esta chica, claro que sus amigos en el mejor de los casos, tenían su edad, por lo que sus consejos no eran siempre los mejores "pues tírale, tío", le decían, "ni que fuera tan fácil" pensaba él.
Y se hizo agosto, concretamente el jueves 16 de agosto, esa semana ya no volvería a ver a Almudena y apenas quedaban días de verano, ese día Almudena salió antes que él de clase pero se entretuvo en la puerta hablando con una amiga, seguramente de algún chico que le gustaba, ¿estarían hablando de él acaso? Alberto entregó su ejercicio de ese día, diez errores, no pasaba nada y sin embargo su corazón le latía con fuerza, sus piernas apenas conseguían sujetar el peso de su escuálido cuerpo y su respiración se aceleraba por momentos, era la hora, la hora de hablar con Almudena, salió de clase y tocó con su dedo indice de la mano izquierda por la espalda a la joven Almudena que se giró.
Alberto: Almudena... er... ¿quieres salir conmigo?
Almudena: No.
Y mientras Almudena se giraba para seguir hablando con su amiga, aunque entre sonrisas cambiara completamente de tema, Alberto bajó su cabeza y no la levantó hasta muchos años después del error número once de ese día.
Alberto era un chico tímido, extremadamente tímido diría yo, por aquel entonces rondaba los 15 años, época de ilusión adolescente, de miedos y de cierta felicidad. Era verano y como cada día de ese caluroso estío, de lunes a jueves iba a sus clases de mecanografía con un fin claro más allá de aprender a escribir a máquina, quería ver a Almudena, una chica que acostumbraba a sentarse unas dos o tres máquinas a la derecha de él. Era preciosa, con su pelo liso a la altura de los hombros, sus ojos ligeramente rasgados, sus labios grandes y joviales, aunque supongo que lo mejor que tenía esta chica, su chica, eran los ojos de Alberto, y es que él la veía como una Diosa, alguien seguramente inalcanzable pero a la vez tan apetecible...
El tiempo pasaba y él pese a que se encontraba, por casualidad unas veces y otras no tanto a Almudena, no se atrevía a dirigirle la palabra más que para, en ocasiones contadas brindarle su saludo. Alberto le expresaba a sus amigos más cercanos sus sentimientos por esta chica, claro que sus amigos en el mejor de los casos, tenían su edad, por lo que sus consejos no eran siempre los mejores "pues tírale, tío", le decían, "ni que fuera tan fácil" pensaba él.
Y se hizo agosto, concretamente el jueves 16 de agosto, esa semana ya no volvería a ver a Almudena y apenas quedaban días de verano, ese día Almudena salió antes que él de clase pero se entretuvo en la puerta hablando con una amiga, seguramente de algún chico que le gustaba, ¿estarían hablando de él acaso? Alberto entregó su ejercicio de ese día, diez errores, no pasaba nada y sin embargo su corazón le latía con fuerza, sus piernas apenas conseguían sujetar el peso de su escuálido cuerpo y su respiración se aceleraba por momentos, era la hora, la hora de hablar con Almudena, salió de clase y tocó con su dedo indice de la mano izquierda por la espalda a la joven Almudena que se giró.
Alberto: Almudena... er... ¿quieres salir conmigo?
Almudena: No.
Y mientras Almudena se giraba para seguir hablando con su amiga, aunque entre sonrisas cambiara completamente de tema, Alberto bajó su cabeza y no la levantó hasta muchos años después del error número once de ese día.
18 Dejaron su granito de arena...
me gusta
alguna noche Almudena tuvo q llorar recordando ese momento
"el error numero once"
¿no?
La mano es tu mejor amiga
"A dedo".
P.D.: Te he dejado el dinero donde siempre...
"Once errores" o "Sueño frustrado"...
Pobre Alberto... Pero es q quizá enfocó mal la pregunta...
Besotes
El hachazo...porque vaya hachazo que le pega la muchacha,oyes...
Voto por "Once errores" aunque "El hachazo" no esta nada mal... en cualquier caso, una buena historia. Se te da bien esto de los relatos :)
Besos!
Que tal: "La tecla del amor" o "Amor entre teclas" :p
Estaba claro que el chico las técnicas del ligoteo las dominaba poco poco
"Errores del corazón" diría yo :)
Hi Dammy, very happy to receive your comments from Spain . It look you like these pictures in my blogger which taken from China & Hong Kong.
I am a Chinese and state in Hong Kong, do you know where is Hong Kong ?? It is a problem for us don't understand the TEXT from each others' Blogger.
Anyway keep in touch ...
Take care & good luck.
Maimei from Hong Kong
Error 404: Girl not found
AlmudeNO
Este examen es una ruina
Llegas tarde chaval, me gusta otro.
Si lo se no vengo
Quizás la lotería me sonría
Algo pasa con Almu
Ella siempre dice no
..........
.........
... ¿Quieres salir conmigo?
"10 errores y un acierto"
decir lo que sientes no es ningún error, aunque haya una negativa detrás :)
En ocasiones ojeo algo mas...pero sigo enganchadisima al juego de las peloticas el bubble
"Pretendida inocencia" Humm un poco rebuscado? :-P
ves como estoy tonta?? si este ya tenía titulo, la mañica se autodá una colleja ea!! (no existe autodá lo sé.. pero lo que tú no sabes es lo que me gusta inventarme palabros jeje) Besos otra vez (recuperando el tiempo perdido por torpe..)
"Almudena se lo hace de pena"
"Alberto no se la llevó al huerto"
"Loca Academia de Mecanografía"
"Santa Tecla, Patrona del Desengaño"
En cualquier caso, me ha encantado la historia. Saludetes!!!!!
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