Escribir de "ello"

Pues voy a escribir (por fin) de "ello", ¿y qué es "ello"? Os preguntaréis los más curiosones y las más curiosonas...

Pues "ello" es mi encuentro el pasado Sábado (día 19 de Agosto) con Arale y Peasho, o como se llaman realmente, mmmfffff, mmmmffffff... ¡Aish! ya sé que eso no lo puedo decir, era una broma coñe... ¿qué era pesada? Oye, oye, oye, que ya sé que tengo una gran panza pero de ahí a meterse con ella, un poquito de por favó, hombre...

Pues, a ver, llegaron aproximadamente a eso de las 20h., habíamos quedado en donde quedamos con toda la gente que llega de fuera y no sabe como llegar, en la discoteca que hay en una de las entradas de mi pueblo, la Zen anteriormente conocida como "Splash", bueno, para ellos es y será siempre la discoteca del Buda, seguro, jejeje. Y allí estaban, Peasho alto como yo esperaba, aunque un tanto más delgado de lo que yo creía inicialmente, y Arale, con ese largo y pelirrojo cabello, y la más pequeña pero realmente preciosa Gatchan (tiene unos ojos enormes, como si fuera un manga, jeje), en un primer inicio como era de esperar todo era un tanto extraño, al fin y al cabo era la primera vez que nos poníamos caras, pero muy bien. A mi me pasa una cosa y es que mirando a una persona a los ojos en seguida sé "de que pie calza", así que pronto me di cuenta (por si no lo tenía claro ya) que son un par de estupendas personas, eso si, llegaron agotaditos, y es que es normal, después de varios días de un sin parar que seguro que os cuentan por sus blogs y más de 1600 kms. que llevaban hasta esos momentos, ¡que menos que estar cansados!

Después de dejarlos en el Apartahotel (por lo visto a Peasho no le gustó mucho, ¿a que no?), ya fuimos a cenar, por cierto, tanto mi chica como yo habíamos estado esperando tomando una coca-cola (por cierto, que paisaje tan bonito desde la terraza del Hotel Traiña) con tan mala suerte que mi chica se manchó un poco la camiseta, como tiene que ser, jeje. Íbamos a cenar en una de las mejores pizzerías en las que he estado yo nunca, que además no es cara (precio pizzería standart, jeje), pero fuimos a un cajero a sacar dinero y terminamos tapeando en un bar nuevo (¡Que Cruz!) que han abierto en la plaza de mi pueblo (con iglesia, lo cual da una idea de porque el nombre del bar... si es que son de un original...), y la verdad es que muy bien, ahí hablando, jugando con Gatchan (vaya, que me pisaba, me sacaba la lengua, ya sabéis, cosas de niños... esto último va por mi, jeje). Al terminar la cena, y pese al cansancio un poco generalizado (mi novia también había trabajado por la mañana), fuimos al puerto donde nos tomamos unos refrescos, aunque no tanto como nosotros, ¡ejem! (no diré más si no es en presencia de mi abogado), el caso es que muy bien, muy barato todo, y ¡ejem! pues que a pesar de pasar un poquito de frío en ese momento, creo que estuvimos muy bien, muy a gustito... Por cierto, nos contaron la historia de los Mossos y el DNI en vivo y en directo, jajaja, buenísima.

Y bien, creo recordar que serían más o menos las 2 cuando finalmente los dejamos en su Apartahotel para que descansaran y es que todavía les esperaba un largo viaje al día siguiente... y al otro.

En definitiva, una experiencia magnífica y unas personas dignas de ser conocidas y disfrutadas. Así que si, Peasho y Arale, alguna vez queréis volver por tierras murcianas, ya sabéis dónde estoy, jejeje.