Una historia loca

Hace poco ha aparecido por una red social (lo digo, Facebook, va), una de esas cadenas de "a ver cuánta gente lo lee, porque sé que nadie lo lee", el caso es que a ese tipo de cadenas no les suelo dar bola, no las suelo continuar, pero en este caso me ha apetecido ya que estoy con inspiración (ya podríamos debatir si buena o mala) para hacer microrelatos de ficción (o ciencia ficción), así que cómo me siento con esa "inspiración", voy a aprovecharla para escribir alguna historia por aquí.

"Tras trescientos tramos de tranvía, transitaba al tran tran un tranquilo transportista de pelo alquitranado, y hasta aquí puedo leer..."

Mientras Mayra me leía esto yo no podía más que esbozar una sonrisa, no era como lo había soñado, pero desde luego, era como estaba sucediendo y eso era más mágico si cabe. Lo sabía, sabía la respuesta, que hacer, cómo hacerlo y cuándo, incluso sabía cuál iba a ser la reacción del público al responder lentamente a ella. Lo que no sabía entonces es que millones de microcápsulas volantes empezarían a revolotear por todas partes, entre el público, cámaras, técnicos de sonido, producción, por todas partes habían millones de estos microscópicos seres, que más tarde sabríamos que se trataba de una raza alienígena que se disponía a invadir nuestro planeta.

Hoy es día 18 de junio de 2020 en gran parte del planeta Tierra, debo aclarar esto porque tú no has vivido en esta realidad paralela que te he mostrado, pero te queda muy poco para vivir algo mucho más demencial.